Buñuelos de viento, la receta de Cuaresma para triunfar en la mesa

La Cuaresma es un período temporal ligado al calendario cristiano: 40 días que empiezan el Miércoles de Ceniza y terminan el Jueves Santo, este año del 22 de febrero al 6 de abril. Se trata de unas semanas, según la liturgia religiosa, de penitencia simbólica, de reflexión y, antiguamente, también era un periodo de abstinencia. Si bien esta costumbre se ha relajado, la que sí se ha mantenido es la tradición de comer buñuelos de Cuaresma, que endulzan nuestros postres estos días.

Muy apreciados en la mesa, también son conocidos como buñuelos de viento por su masa blanda, que hace pensar que están vacíos por dentro. ¿Sabías que antiguamente solo se encontraban en las pastelerías los miércoles y los viernes? Por suerte, hoy en día esto no pasa, y en nuestros puntos de venta y en River Centre Comercial, los encontrarás de la máxima calidad y a un precio irresistible.

Si bien se conoce que ya se consumían en la época griega y romana, fue gracias a los árabes y durante el Al-Andalus cuando ganaron un toque dulce con la miel. Así pues, hablar de buñuelos es hacerlo de un producto de repostería que ha superado el paso del tiempo.

Partiendo de su base original, ya entra la imaginación de cada uno: se pueden rellenar de crema, de nata, bañarlos con chocolate… ¡Todo depende de nuestros gustos o preferencias! Y para que durante estas semanas prepares unos buñuelos para chuparte los dedos y triunfes, te ofrecemos su receta:

Ingredientes (para 6 personas):

  • - 150 g de leche
  • - 30 g de mantequilla
  • - 15 g de azúcar
  • - 3 g de anís en grano
  • - 15 g de vino dulce tipo moscatel
  • - 1 ralladura de limón
  • - 80 g de harina de trigo
  • - 1 huevo
  • - Sal al gusto
  • - Aceite de girasol para freír

Tiempo: 40 minutos

Dificultad: mediana

Elaboración:

  1. 1. En una pequeña olla poner la leche, la mantequilla, el azúcar, el anís en grano, el vino dulce, la ralladura de limón y un pellizco de sal. Calentar hasta que hierva y retirar del fuego.
  2. 2. Agregar la harina de trigo y mezclar con energía.
  3. 3. Dejar que la masa enfríe bien, añadir el huevo y mezclar bien hasta que quede todo integrado. Podemos acelerar el proceso tendiendo la masa en un recipiente amplio y poniéndola al congelador unos minutos.
  4. 4. Una vez tengamos la mezcla lista, coger la masa con una cuchara, formar unas bolitas pequeñas y freír los buñuelos en aceite bien caliente. Es importante que el aceite tenga la temperatura adecuada para que los buñuelos no se quemen por fuera y queden crudos por dentro, o viceversa.
  5. 5. Una vez fritos, secar con papel de cocina y rociar con anís, así se evapora el alcohol.
  6. 6. Por último, rebozar con azúcar.

¡Buen provecho!